MIS PERJUDICIALES DIÁLOGOS INTERNOS
Pensamientos negativos
Me está costando más de la cuenta empezar a escribir este post, no veo la forma de introduciros este tema sin contaros primero el final. Así que hoy, si os parece, empezamos por la conclusión: PENSAR MUCHO ES MALO.
Sí señores, esta es mi reflexión de hoy. Mi problema es que a veces le doy demasiadas vueltas al coco, pienso mucho y mal (ahora luego lo entenderéis) y esto puede llegar a resultar demoledor para mi estado de ánimo y humor. Ojo, porque este problema se convierte en algo gordo si la cosa se vuelve continua con algún tema en concreto, al que no paro de darle vueltas y muchas veces acaba provocando ansiedad.
Quiero pensar que no soy la única persona a la que le pasa, creo que todos hemos abarcado alguna vez un tema en la cabeza y lo hemos descuartizado, cachito a cachito en nuestra mente, hasta conseguir las conclusiones más feas y oscuras.
Obviamente el problema está en nuestra mente, y solucionarlo solo depende de nosotros mismos. He leído que lo primero que hay que hacer es ser consciente e identificar nuestros pensamientos negativos. Principalmente hay 4 diálogos internos negativos posibles, mira a ver si te sientes identificado con alguno (yo debo decir que he pasado por todos 🙁 ):
EL CATASTRÓFICO
Ese en el que tu mente imagina siempre la peor resolución posible a cualquier problema. ¿El ejemplo perfecto? Mi madre (mamá, lo siento… pero es verdad y lo sabes!). No quiero pensar la de veces que mi madre me habrá imaginado protagonizando alguna película de las de después de comer de Antena 3… Este tipo de pensamiento consiste en imaginar el escenario más catastrófico posible, anticipándote a los hechos y magnificándolos.
EL AUTOCRÍTICO
Esa conversación interna en la que te juzgas y evalúas a ti mismo desde lo negativo, sólo fijándote en lo que haces mal (o eso crees) o no eres capaz de hacer (o eso te haces creer a ti mismo). Un pensamiento que enfatiza tus limitaciones y defectos, en el que muchas veces acabas comparándote con los demás y surgen sentimientos tan feos como la envidia. La envidia es mala, muy mala, no dejemos que ésta gobierne nuestra mente porque solo puede traer problemas e infelicidad.
EL VICTIMISTA
Sentir pena de ti mismo y arroparte en tu cueva mental con ese pensamiento. Esto que te quejas pero no haces nada para cambiarlo, te sientes incomprendido y tiendes a pintarlo todo más negro para que la gente se compadezca de ti, porque no, NADIE TE ENTIENDE. Si has llegado a esta conclusión alguna vez, debes saber que el problema no es que nadie te entienda, es que no te entiendes ni tú!
EL AUTOEXIGENTE
Esta es la mía. Mi pensamiento negativo más habitual: “no soy suficientemente buena”. Ea, ya lo he dicho, sufro de perfeccionismo compulsivo. Este pensamiento se caracteriza por la intolerancia ante los errores propios con pensamientos como: no es suficiente, no está perfecto, no ha salido como me hubiera gustado, etc.
Pues bien, si te has sentido identificado con alguno de los pensamientos, ya tienes el paso 1 listo: ser consciente de que no estás “pensando bien” e identificar cuando esto te está sucediendo.
Vamos al paso 2 y la conclusión de este artículo: piensa menos. Cuando estos pensamientos te aborden intenta centrarte en el momento presente, controla tu respiración y relájate. No quiero decir que dejes de pensar, porque tú y yo sabemos que eso es imposible. Pero intenta desviar tu atención hacia cosas más reales, como el lugar en el que te encuentras o tu propio cuerpo.
Y lo más fundamental: no le demos tantas vueltas a la vida y centrémonos en vivirla.