¿Sola o acompañada?
Lo admito, tengo una adicción. Estoy completamente viciada a tener una vida social altamente agitada. Necesito tener la agenda completa en todo momento y siento la necesidad imperiosa de rellenar todos los huecos libres. Este problema en parte está causado por otro igual de gordo, y es que no sé decir NO a ningún plan, ¿por qué voy a hacerlo si no tengo nada agendado para ese momento? Porque para mí, hacer NADA nunca es una opción.
Este fin de semana me pasó algo curioso que hizo rebosar el vaso. El viernes por la tarde tenía varios recados, me quedé sin coche y tuve que apañarme para hacerlos sin él. También tenía una cena en Valencia a la que no sabía cómo llegar (sin coche no soy nadie, ya veis) y para rematar, el sábado tenía que levantarme relativamente pronto para otro evento social. El caso, siendo ya las 22:30 de la noche, sin duchar, con coche prestao que no controlo y cena a las 23:00 en la otra punta de Valencia, pensé: “será necessari???!!!”. Vamos a ver Lourdes, pa que te lías metiendo una cena con calzador en un momento que no te da!!!
Lamento decir que fui la típica que anula a última hora, pero sí, lo hice. Me supo fatal pero nada más colgar el teléfono me sentí tremendamente liberada, como cuando decides no presentarte a un examen, te suena? (Aída corazón, lo siento!!!)
Pues bien, analizando la situación al detalle, la conclusión es que necesito unas vacaciones de mis vacaciones. Lo que pasa es que me siento en modo vacacional permanente, que a simple vista parece algo positivo y es cierto que normalmente me hace sentir plena, pero estar siempre quedando con gente, haciendo planes y en continuo movimiento a veces satura.
Así que debo aprender a parar de vez en cuando y PASAR TIEMPO A SOLAS. Buscando información al respecto, resulta que he encontrado cantidad de beneficios que me puede aportar pasar un tiempo en soledad, aquí los comparto con vosotros.
- Puedes hacer lo que quieras.
A veces la necesidad imperiosa de pasar tiempo con los demás conlleva a adaptarte y hacer lo que ellos quieran, tienes que modificar tus ideas para acoplarte a los deseos y opiniones de otros. Cuando estás solo puedes ir donde quieras, comer lo que quieras y vestir como quieras! (me ha venido a la mente eso de “Its my party and I cry if I want to…”)
- Aprendes a confiar en ti mismo.
La libertad te da la capacidad de confiar en tu instinto y pensar claramente, sin la presión o la influencia de otros. Estar solo te ayuda a formarte un entendimiento claro de quién eres, qué sabes y qué es correcto para ti y los tuyos. Te enseña a confiar en ti mismo.
- Aumentas tu inteligencia emocional.
Crece tu habilidad para reconocer y entender tus emociones y en los demás, de este modo serás más capaz de usar ese conocimiento para manejar tus relaciones y comportamientos.
- Mejoras tu autoestima
Disfrutar tu propia compañía es un gran empujón a tu amor propio. Aprender a disfrutar tu tiempo en solitud te ayuda a confirmar que eres más que suficiente.
- Aprecias más a las demás personas
La ausencia hace que se incremente el afecto. El tiempo a solas te ayuda a ver a las personas desde otra perspectiva y a desarrollar un sentido de gratitud por quiénes son. Y pasa igual en el sentido contrario eh!
Así que amigos, familia y demás compis, de vez en cuando voy a decir NO, de vez en cuando voy a apagar y no estar para nadie, de vez en cuando voy a pasar tiempo a solas conmigo misma, que oye, creo que soy una tía maja y tan mal no lo pasaré, no creéis?
PD: En la publicación de Facebook donde comparto este mismo post, hago mención a un artículo con el que me he sentido muy identificada y creo que muchos de mis amigos «milenials» también, aquí os dejo el enlace: ¿Por qué estoy cansado si solo tengo 30 años?
Gracias Ana por compartirlo conmigo 😉
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