DISFRUTAR EL PLACER DE NO HACER NADA
Se acercan las vacaciones, un momento en el que pasamos de sopetón de “ir de culo” en el trabajo a la calma relajada característica de agosto. Todos estamos deseando que llegue ese momento de “no hacer nada” pero somos muchos los que luego no somos capaces de disfrutarlo al 100%, sobre todo los que trabajamos por cuenta propia.
Para mí no es nada fácil de sobrellevar en mi mente ese choque entre “ultra-actividad cerebral” y “parálisis modo tumbona en la playa”. Sigo pensando y maquinando millones de cosas sobre el trabajo en mi mente y no soy capaz de relajarme. De hecho hay momentos que incluso me aburro y echo de menos trabajar!!! (lo sé, lo sé…es de locos…)
Así que, mientras tenga actividades-viajes programados en mi verano la cosa va bien, pero cuando llega el momento de relajarse de verdad y no hacer nada a mí me resulta particularmente complicado.
Total, que como comprenderéis, esto de no saber disfrutar el placer de no hacer nada NO ES BUENO. Así que me he sacado de la manga unos consejillos de cara a este verano que aquí comparto con vosotros, por si alguno está tan perturbado como yo con este tema:
DESCONÉCTATE
Navegar las redes sociales no cae dentro de la definición del placer de no hacer nada. Toma tu café por la mañana sin tu teléfono y deja de revisar tus aparatos electrónicos a cada minuto y, sobre todo, nunca antes de irte a dormir.
INVOLUCRA TUS SENTIDOS
Levanta la vista y nota lo bonito a tu alrededor. Encuentra un lugar agradable donde sentarte y dedícate a mirar. Ve a la gente pasar, busca figuras en el cielo, siente la brisa, fíjate en los colores, descifra sonidos y pon atención en los olores. ¿Ejemplos? Un día de cielo azul, el sol calentando tu piel, olor a galletas en tu casa, un amanecer, mirar a través de la ventana, escuchar tu música favorita, observar las flores o cualquier insecto que ande por ahí.
MENOS TELEVISIÓN Y MÁS NATURALEZA
Reduce tu consumo de televisión. Conecta con la naturaleza. Pasa tiempo al aire libre, sal a caminar con tu mascota. Llénate de verde.
LIBÉRATE DE LA CULPA
Sabes que te mereces este descanso. Además, cuando logramos relajarnos, dormir suficiente y no saturar nuestros días luego somos más productivos y eficientes. Así que tómatelo como algo obligado que luego beneficiará mucho tu trabajo.
ACTIVIDADES DE ATENCIÓN PLENA
Puedes leer o practicar tus pasatiempos. Pinta, colorea, toca algún instrumento, escucha música, escribe, intenta una nueva receta, siembra flores, teje, medita. Dedica tiempo a explorar tu creatividad de una manera relajante.
ROMPE LA RUTINA
Sáltate algunos pendientes. No tienes que recoger la mesa y lavar los platos inmediatamente después de comer. Disfruta el postre, el café, la sobremesa, la conversación y las risas de quienes te acompañan.