Cuando montamos un negocio nuevo, de lo primerito que tenemos que hacer es analizar la competencia. Y no me digas que no tienes, que estás montando algo único que es la bomba lironda y súper novedoso porque mira, de alguna forma u otra tendrás que competir con otras empresas que ya están en el mercado al que te quieres dirigir.
Analizar la competencia es una forma genial de testar tu idea de negocio antes de ponerla en práctica. Es fundamental saber identificarla y compararnos, para aprender de los errores y aciertos de los demás y poder fijar tu rumbo con más exactitud y atino.
Por Internet encontrarás cantidad de información al respecto, pero todas se basan básicamente en resolver estas 3 preguntas clave:
1- ¿QUIÉN ES MI COMPETENCIA?
Las empresas competidoras son aquellas que operan en el mismo mercado o sector donde piensas implementar tu idea de negocio. Has de identificarlas por sus nombres y apellidos.
Cuando hablamos de competencia, podemos establecer dos grados:
– Competencia directa: son aquellas empresas que operan en el mismo mercado. Es decir, que venden el mismo producto o servicio y se dirigen a los mismos clientes.
– Competencia indirecta: son empresas que operan en tu mismo mercado, se dirigen a los mismos clientes, pero ofrecen un servicio o producto sustituto o alternativo.
Por ejemplo, si tu idea de negocio es una cerveza con un aroma extraordinario, tu competencia directa serían todos los productores de cerveza, y la indirecta los productores de demás refrescos sustitutivos como el tinto de verano.
Por favor, NO SUBESTIMES LA COMPETENCIA INDIRECTA. Porque puede ser complementaria a la tuya y muchas veces te pueden sustituir.
Pero es fundamental no volverse locos con esto, debes selecciona solo a aquellos competidores que creas más relevantes. Si vas a operar en un mercado con muchos competidores, analizar a todos puede resultar un error, especialmente si se tratan de competidores insignificantes cuya información no te puede aportar mucho.
2- ¿CUÁLES SON SUS MÉTRICAS?
Una vez has identificados a tus competidores directos e indirectos, la siguiente fase consiste en determinar los elementos que quieres analizar. Debes fijarte en los siguientes aspectos:
– Sus productos o servicios. Es la base. Lo esencial. Es decir: el qué venden. Estudia cómo lo producen, quiénes son sus proveedores, qué características tiene su producto y qué lo hace tan competitivo.
– Sus estrategias de venta y marketing. Es decir, cómo lo venden: qué canales de distribución utilizan, cuántos puntos de ventas tienen, cómo lo comercializan, sus campañas publicitarias, contenidos en páginas web, redes sociales, foros, etc.
– Volumen de ventas. Así podrás hacerte una idea de la cuota de mercado.
– Precios. Aquí entran también sus campañas de promociones, tarifas y ofertas.
– Recursos y número de empleados.
– Posicionamiento en el mercado.
– Cuentas anuales.
3- ¿CÓMO BENEFICIARME DEL ANÁLISIS?
– Establece una estrategia: una vez analizada la competencia, te será más fácil analizar tus ventajas y desventajas competitivas. Una vez las tengas claras, enfócate en potenciar tus puntos fuertes y reforzar tus puntos débiles.
– Diferénciate: ofrece algo que los demás no ofrezcan, bien sea en el tipo de servicio/producto, en la estrategia de marketing o en la gestión de la propia empresa. Cuando empiezas es muy difícil sobresalir del resto, pero si cuentas con una diferencia sustancial y la consigues potencial, esto te abrirá una vía por la que darte a conocer.
– Implementa en tu plan de empresa: todos estos datos te ayudarán a realizar un plan de empresa mucho más centrado y realista. Aprovecha todos los datos y juega bien con ellos para poder orientar mejor tanto el plan financiero, como el de marketing o el de ventas.
– Continúa analizando: pero oye, no te pienses que cuando te pongas en marcha ya puedes olvidarte de este análisis, hay que estar constantemente informado de lo que tu competencia está haciendo y de las nuevas posibles empresas que puedan surgir.
Y lo más importante: NO TE FRUSTRES! Sé que analizar la competencia cuando estás empezando puede ser algo duro, los ves tan grandes y tu tan pequeñín que tus objetivos pueden verse algo inalcanzables. Pero oye, piensa que ellos también tuvieron que empezar en algún momento, no?
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