MANTENGAMOS LA CALMA
Mantener la calma en conflictos laborales
Pongámonos en situación. Esto que estás teniendo un buen día, todo marcha normal, estás de buen humor, el sol brilla y bla bla bla… y de repente, cuando menos lo esperas, ZAS!!! Llega una bronca, una mala noticia, un trabajo de última hora, una mala llamada o una riña con un compañero (o la impresora no va, o te anulan un pedido… bueno, ya os hacéis una idea, ¿no? Imagino que todos tenéis la referencia clara)
Ya así, en menos que canta un gallo, el día se te va de las manos, explotas, te cabreas, chillas o lo que sea que te pase a ti cuando se te tuerce el día. A mí se me suben los colores, me pongo roja como un tomate, la expresión de mi cara es todo un poema y de repente solo salen cosas feas de mi boquita, vamos, una fiesta de las feas.
Pues bien, ni qué decir que esto no es bueno ni para tu productividad, ni para tu persona, ni para el karma y mucho menos para las personas que tienes alrededor. Evidentemente, estar enfadado o malhumorado no soluciona nada, solo hace que te sientas mal y, en la mayoría de casos, que después te arrepientas del arrebato de rabia que te ha proporcionado.
El caso es que cualquiera de las cosas que he enumerado antes puede pasar en cualquier momento, sin comerlo ni beberlo y sin anticipación, porque no, hay conflictos que no se pueden evitar, de ahí la importancia de aprender a enfrentarte a ellos, ya que es tu única barrera para evitar que tu día se tuerza y con él tu productividad y tu buen humor.
Así que aquí te cuento unos truquitos para que la próxima vez que uno de estos conflictos te “ataque”, tú consigas mantener la calma y no arruine tu día:
1- MANTÉN TU ESCRITORIO ORDENADO
Te vas a reír, pero este es un tema muy importante para tu estado mental mientras trabajas. El desorden representa el caos y el descontrol, por lo que éste no nos ayudará a mantenernos tranquilos cuando la situación se descontrole. Es muy importante que mantengas tu espacio de trabajo bien ordenado, sin papeles sueltos por en medio o comida o cualquier otro trastito que “ensucie” visualmente el espacio. Mi recomendación es que todos los días antes de irte de la oficina dediques un minutito a dejarlo todo arreglado para comenzar el día siguiente con la mesa (y por tanto la cabeza) despejada.
2- PIENSA ANTES DE ACTUAR
Este paso es difícil, lo sé. Cuando uno se enfuruña lo que menos hace es pensar, por eso actuamos de forma inconsciente y dejamos que nuestros sentimientos tomen el control. Pero cuando notes que se te suben los calores debes intentar pararte antes de reaccionar, tomar unas respiraciones profundas y pensar en soluciones, intenta adoptar una actitud positiva ante el problema y piensa que solo se trata de una cosa puntual y que probablemente al día siguiente se haya olvidado, quítale importancia y abarca el tema desde una perspectiva objetiva. Sé que es difícil controlarse en esas situaciones, pero esto es solo cuestión de unos segunditos mágicos que lo cambiarán todo.
3- NO DECIDAS NADA EN CALIENTE
Esto viene muy a colación con el punto anterior. Por favor, cuando se trate de un conflicto con otra persona, NUNCA contestes en caliente un email, hagas una llamada o te vayas a hablar con la persona en conflicto. Date una vueltita, piensa bien y espera a aclarar las ideas y, cuando creas que las tienes aclaradas, ESPERA MÁS. Alarga lo máximo posible aportar una respuesta, de lo contrario dirás cosas de las que seguro te arrepentirás después.
4- DESCANSA
Os lo comento muchas veces y no me canso de decirlo, es importantísimo realizar pequeñas pausas a lo largo de la jornada laboral. No hace falta que cada vez que pares te tomes media hora, se trata de pequeños descansos entre tareas, cuestión de 5 minutos para despejar y relajar la mente antes de meterte en otra materia. Tomar un café, hablar con un compañero o mirar el Facebook, lo que quieras pero que te desconecte del trabajo unos minutos. Esto hará que tu mente se relaje y que esté más preparada para posibles “latigazos” que pueda recibir. Porque como sabrás, la tensión y el estrés no son los mejores consejeros a la hora de mantener la calma.
5- DUERME BIEN
Cuando no duermes lo suficiente, al día siguiente llegas cansado y malhumorado, así que eres más susceptible de que cualquier cosa te venga a contracorriente o te siente mal. Así que si además tienes algún “zasca” de los que de normal ya te habrían fastidiado el día, imagina si además lo pillas cansado… Es fundamental intentar mantener un horario de sueño regular, duerme tus 8 horitas y verás cómo los días se ven de otro color.